Es un placer actuar de corresponsal de una feliz familia que disfruta de un año sabático navegando por el Caribe recibiendo los emails y fotos que envian a su madre, mi casera y gran señora, que no es usuaria de internet porque ( según ella dice ) es tarde para empezar con más de ochenta años.
La familia en cuestión, compuesta por una gran pareja y dos niños , vive habitualmente en Alaska. Dedicaron parte de sus ahorros a adquirir un velero y el pasado diciembre embarcaron en Florida para llevar a cabo una larga singladura de once meses circunvalando el Caribe y el Golfo de Méjico.
En poco tiempo han tenido que atravesar una fuerte tormenta colateral al huracán Thomas que partió en dos el mástil del velero, rasgó de arriba a abajo su vela mayor y destruyó el aero-generador. Con ingenio y tenacidad realizaron una reparación de emergencia que les permitió llegar a tiempo para pasar la Navidad junto a sus amigos que les aguardaban en Puerto Rico.
Tanto sus mensajes como las maravilosas fotos que han ido enviando han sido para mí uno de los mejores paradigmas del amor por la vida y por la naturaleza, de la lucha, de la tenacidad.
Sin duda alguna estos niños se están graduando "cum laude" en la universidad de la vida.
Tras tanto restreñimiento mental, tras tanto divagar respecto a lo correcto o lo incorrecto, tras tanto medir palabras y expresiones, tras tanto pasar del "carpe diem" a "el tiempo es oro" y viceversa, resulta que dentro de nada puede que cumpla 64 tacos.
Me siento privilegiado. Hace poco más de un año que nació mi primer nieto y en los últimos cinco años he podido superar dos importantes escollos en mi salud. Tengo a mis dos hijos. Tengo amigos de verdad.Tengo a mi lado a un ser magnífico que, día tras día, me gratifica con su compañía y con su cariño. Tengo trabajo y mi nómina me permite vivir decorosamente.
Sé por experiencia que a los tiempos de crisis suceden tiempos de bonanza. La que tenemos encima es de armas tomar, no tanto por los dígitos sino por una más que patente relajación que nos deja ver al árbol sin dejarnos ver el bosque.
Tabúes y dogmas dictatoriales relevados por dogmas y tabúes partitocráticos. Corrupción por doquier. Un " y tu más" como respuesta vale lo suficiente para entretenernos hasta el siguiente pufo y para vender más prensa o conseguir más audencia. La exacerbación de los nacionalismos dividiéndonos y empobreciéndonos.
Deseo poder ver como a este cerdo partitocrático le llega su San Martín. Ansío ver caer uno trás otro a todos los "ismos" que son el pienso que nos dan dentro del corral de la falsedad del que he decidido escapar valiéndome de las únicas fuerzas de las que dispongo : MI ALMA Y MI MENTE.
